Ayer, igual que todos los años pudimos disfrutar del paso del ganado y sus pastores de las dehesas de invierno a las de verano.
Esta práctica ganadera tradicional colabora con la conservación de paisajes, hábitats, especies y razas. Es un sistema tradicional de manejo del ganado que consiste en el movimiento estacional y cíclico de los rebaños en busca de pastos.
Se trata de uno de los ejemplos más arraigados en nuestro patrimonio cultural a la hora de buscar el aprovechamiento de recursos naturales.